Los vinos de Rioja están amparados por la Denominación de Origen más antigua de España, reconocida oficialmente en 1926. Desde 1991 ostenta la categoría máxima “Calificada”, y es la única en nuestro país. Su Reglamento establece la demarcación de la zona de producción, las variedades de uva que pueden ser cultivadas, los rendimientos máximos permitidos, las técnicas de elaboración y crianza, etc. El Consejo Regulador, integrado por representantes de viticultores, bodegueros y Administración, es la entidad encargada de velar por el cumplimento de este Reglamento de la Denominación, con el objetivo de proteger la tipicidad y calidad de los vinos de Rioja.
Desde la producción a la comercialización, el Consejo Regulador mantiene un riguroso y eficaz sistema de control, tanto en lo que se refiere a la cantidad como a la calidad de los vinos protegidos. En este sentido, todos los vinos de Rioja han de someterse a un exámen analítico y organoléptico que determina si el vino elaborado merece o no la Denominación de Origen Calificada. Los análisis se realizan en los laboratorios oficiales de las tres Comunidades Autónomas y las catas ciegas son efectuadas por un panel de viticultores y enólogos.
Existen tres tipos de vinos con la D.O. Rioja según su elaboración:
- Vinos blancos: La uva entera pasa a la escurridora. Una vez eliminados los hollejos y raspones, el mosto obtenido pasa a los depósitos de fermentación.
- Vinos rosados: La uva, despalillada y ligeramente estrujada, se pasa a los depósitos escurridores. Allí se controla la maceración del líquido con los hollejos. Una vez obtenido el mosto, se decantan las materias en suspensión durante un día. A continuación, el mosto, casi brillante, se pasa a los envases de fermentación.
- Vinos tintos: Existen dos sistemas diferentes. El más extendido actualmente consiste en retirar los raspones en la despalilladora, antes de la fermentación, y se ha obtenido con él vinos apropiados para un largo período de envejecimiento. Por el contrario, si la uva entera pasa a los depósitos de fermentación, el sistema seguido, tradiconal en Rioja, es el conocido como “maceración carbónica”. En este caso, los vinos obtenidos serán suaves, con bastante cuerpo, color intenso y adecuados para el consumo en su primer año.
Existen cuatro tipos de vinos con la D.O. Rioja según su clasificación:
- Vino Joven: Vinos en su primer o segundo año, que conservan sus características primarias de frescor y afrutado.
- Vino de Crianza: Vinos como mínimo en su tercer año que han pasado un año como mínimo en barrica y algunos meses en botella. En vinos blancos el período mínimo de envejecimiento en barrica es de 6 meses.
- Vino de Reserva: Vinos seleccionados de cada añada, que por sus buenas características han envejecido durante tres años, de los cuales uno como mínimo será de crianza en barrica. El resto del periodo se completa en botella. En vinos blancos el período de envejecimiento es de 2 años, de los cuales como mínimo 6 meses en barrica.
- Vino de Gran Reserva: Vinos seleccionados de añadas excepcionales, que han permanecido como mínimo dos años en barrica y tres en botella. En vinos blancos el período de envejecimiento es de 4 años, de los cuales 6 meses como mínimo en barrica.
La calificación de sus últimas añadas es:
Cosecha | 91 | 92 | 93 | 94 | 95 | 96 | 97 | 98 | 99 | 00 | 01 | 02 | 03 | 04 | 05 | 06 | 07 | 08 |
Calificación | MB | B | B | E | E | MB | B | MB | B | B | E | B | B | E | E | MB | MB | MB |
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