Japón es el archipiélago de los contrastes. Un cosmos en el que se mezclan los edificios más futuristas con los templos más tradicionales, las cosplay y las geishas, la ceremonia del té y las grandes cafeterías internacionales, los rascacielos de las capitales y las casitas con techo de paja de los pueblos más remotos. Os proponemos recorrer el Japón más imprescindible en 13 días, un recorrido que comenzará en Tokyo y nos llevará hasta Hiroshima, una ruta clásica que podemos hacer fácilmente en tren.
¿Cómo llegar?
Japón enlaza con todos los países del mundo por vía aérea. El aeropuerto principal de país es Narita, en Tokyo
¿Cómo desplazarse?
El tren es el medio de transporte nipón por excelencia. Podemos optar por pequeños trenes locales y también subirnos a los shinkansen o trenes bala, que pueden alcanzar una velocidad de 270 km/h. Para los turistas lo mejor es adquirir la Japan Rail Pass. Se trata de un abono que se compra por adelantado en el país de origen y que nos permite utilizar casi todos los trenes nipones. Puede comprarse la versión de 7, 14 o 21 días consecutivos. Cuando lleguemos al aeropuerto, tan sólo tenemos que dirigirnos a una oficina de la compañía JR y canjear nuestro abono. La Japan Rail Pass puede conseguirse en cualquier agencia de viajes de nuestro país
¿Dónde alojarse?
La red de alojamientos nipones es amplia y variada. Podemos optar por hoteles, hostales, albergues, ryokans, love hotels y hoteles cápsula.
¿Qué comer?
La gastronomía nipona que se ha implantado en el resto del mundo es el sushi pero una vez allí descubriremos que el concepto que tienen los japoneses de esta especialidad es bien diferente. Ellos lo consumen como una tapa acompañada con un buen trago de saque, en reuniones informales, muchas veces tras finalizar la jornada laboral.
La cocina japonesa va mucho más allá del sushi. No nos podemos perder un buen tazón de ramen (sopa de fideos que debe absorberse), disfrutar con las gyoza, una especie de empanadillas que pueden estar rellenas de carne y/o vegetales, hartarnos de tempura y probar las okonomiyaki (conocidas como pizzas japonesas) En cuanto a los postres y repostería, unos mochi puede culminar un buen almuerzo
Algunas particularidades
En Japón ni se regatea ni se deja propina (¿será el único país del mundo?). Es de buena educación sorber la sopa. Cuando queramos decir no…no sirve ladear la cabeza de un lado a otro, tenemos que indicarlo con la mano, colocada delante de la nariz (como si estuviéramos espantando una mosca). En Japón existe una red de guías locales voluntarios que pueden ser de gran ayuda en nuestro viaje. Forman parte de la Tokyo Free Guide y se puede solicitar que nos acompañen a través de Internet (www.tokyofreeguide.com)
LA RUTA QUE OS PROPONEMOS
DÍA 1: Llegada a Tokyo. Aterrizar en Tokyo es adentrarse en un universo de neón, edificios futuristas y modernidad. Para este primer día os recomendamos un paseo por los barrios de Shinjuku (donde se encuentra la estación más concurrida del mundo) y Harajuku. Es la manera de hacer una rápida inmersión en el día a día nipón: rascacielos, grandes almacenes, largas avenidas, ejecutivos trajeados, adolescentes a la última moda, grandes pantallas, santuarios escondidos. Es la primera toma de contacto de un país sorprendente.
DÍA 2: Podemos comenzar nuestra jornada en el Palacio Imperial de Tokyo. Está cerrado al público ya que es el hogar del emperador y la familia imperial pero podemos visitar sus alrededores y perdernos por sus jardines, ubicados en una antigua fortaleza. Tras el paseo, podemos adentrarnos en el espíritu tradicional japonés y acercanos al templo más famoso de la capital: Senso-Ji. Está siempre repleto…de turistas y de devotos de Kannon, la diosa budista de la misericordia. En el recinto hay una calle comercial que nos conduce a la puerta del templo. También encontraremos un gran caldero de incienso. La tradición japonesa dice que su humo aporta salud. Así que…no está de mal empaparnos de su esencia tal y como hacen los japoneses! Tras el almuerzo en la zona, os recomendamos una visita a la Torre de Tokyo, uno de los emblemas de la capital construida a imagen de la Torre Eiffel pero 9 metros más alta. Desde su cúpula se divisa toda la ciudad y la puesta de sol es increíble. En días claros, podemos divisar el Monte Fuji tomando un té en la cafetería y escuchando música en directo. Para acabar el día, podemos dirigirnos al barrio de Shibuya, allí se encuentra una de las intersecciones más conocidas del mundo. Es imprescindible adentrarnos en la multitud, esperar a que el semáforo se ponga en verde y cruzar la calle. Es la mejor manera de comprobar la harmonía nipona: a pesar de los miles de peatones que cruzan a la vez, asombrosamente nadie se te lleva por delante.
-DÍA 3: Tras dos días en Tokyo, os invitamos a descubrir sus alrededores. Nikko, al norte de la capital es un sinfín de templos y santuarios, de escalinatas y bosques de musgo. Se puede visitar en una excursión de un día desde Tokyo. La estación de tren está a una media hora a pie de las principales atracciones turísticas de la localidad. Aprovechando nuestra visita a Nikko podemos coger un autobús y dirigirnos al teleférico de Akechi-Daira. Desde allí divisaremos las cascadas de Kegonno-Taki desde un mirador que nos ofrece una increíble panóramica de la naturaleza que rodea Nikko. De nuevo en el autobús, podemos acercarnos al lago Chuzenji-ko y darnos un paseo en unos de sus barcos turísticos.
-DÍA 4: Otra de las escapadas más famosas de un día desde Tokyo es la visita a la antigua capital de Japón: Kamakura. Sus principales atractivos se pueden visitar a pie. Sin duda, el imán de la localidad es el Daibutsu, la segunda mayor imagen de Buda en Japón. Acabada en 1252 y fundida en bronce, mide 11, 4 metros. Unos diez minutos a pie del Daibutsu se encuentra el Hase-Dera, uno de los templos más visitados de la región.
-DÍA 5: Abandonamos Tokyo y nos adentramos en la región de Hakone, cuyo principal atractivo radica en la posibilidad de montar en diferentes medios de transporte, relajarnos en un onsen y descubrir la magnificencia del Monte Fuji, el emblema de Japón. También os recomendamos subir a un barco turístico y recorrer el Ashino-ko, un lago en forma de pierna.
-DÍA 6: Tras dejar la región de Hakone nos dirigimos al distrito de Hida. El viaje en tren hasta allí ya vale la pena. El ferrocarril serpentea entre montañas hasta llegar a Takayama, popular por sus casas de mercaderes, sus tradicionales mercados matutinos, sus templos y tiendas de artesanía.
-DÍA 7: Antes de desplazarnos hasta Kanazawa vale la pena visitar Shirakawa-go y Gokayama, dos aldeas con casas con tejados de paja que nos transportarán a otra época. Si los visitamos tras una gran nevada, el encanto será aún mayor.
-DÍA 8: Podemos dedicar un día entero a visitar la ciudad de Kanazawa y por la noche tomar un tren hasta Kyoto. La gran estrella de la localidad es Kenroku-en, un enorme jardín, situado entre los 3 mejores de Japón. Nagamachi es otro de los puntos turístico más conocidos de la localidad. Es la zona en la que vivían los samuráis y está rodeado por 2 canales.
-DÍA 9: En una ruta clásica es imprescindible perderse por Kyoto. Castillos, templos, geishas, santuarios, bosques…todo mezclado con luces de neón y enormes rascacielos. Es una metrópolis capaz de satisfacer todos los gustos. Si llegamos en ferrocarril, nuestra primera visita obligada es el edificio de la estación de Kyoto, una mole futurista de 15 plantas de cristal y acero Si llegamos de noche, no está de más subir a la Torre de Kyoto, justo al lado de la estación de ferrocarril. Desde lo alto de la torre podemos hacernos una idea de la inmensidad de la ciudad. Ya de día, podemos visitar el famoso Kinkaku-Ji o Pabellón Dorado y sus jardines, uno de los lugares más visitados de la ciudad, el Ryoan-Ji, un templo zen cuya principal atraccción es el kare-sansui (jardín seco de arena y guijarros) y el Tenruy-Ji cuya puerta norte nos reserva una de las grandes sorpresas de nuestra ruta: el bosque de bambú de Arashiyama, una enorme extensión de enormes árboles que nos absorberán. Al atardecer os recomendamos un paseo por el barrio de las gesihas, entre Kamo-gawa y Yasaka-jinja. Si tenéis suerte, quizás podéis divisar una de las 100 geishas que viven en Kyoto.
-DÍA 10: Desde Kyoto podemos preparar una escapada de un día a Nara, con 8 monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El Daibutsu o Gran Buda es su centro turístico. Este enorme monumento se encuentra dentro del Todai-ji, un templo rodeado de un extenso parque en el que viven ciervos la mar de amigables.
-DÍA 11: Abandonamos la gran urbe para desplazarnos a las montañas. Es hora de descubrir la vida monástica nipona y disfrutar de las vistas desde el tren. Al final del trayecto entre valles y montañas y empinado teleférico nos dará la bienvenida al Koya-san. La principal atracción de Koya-san reside en la posibilidad de alojarnos en un templo budista, conocer el día a día de los monjes que lo habitan y conocer la comida vegetariana budista. En la zona hay más de 50 templos para escoger Además podemos visitar el Oku-no-in, un templo-cementerio budista rodeado de árboles, musgo y neblina.
-DÍA 12: Desde Koyasán os proponemos desplazarnos a Hiroshima, famosa por sufrir el primer ataque con bombas atómicas en 1945. Su Parque de la Paz y la Cúpula de la Bomba Atómica son los puntos de interés de esta localidad. Aprovechando nuestra estancia en Hiroshima es interesante visitar la pequeña isla de Miyajima, famosa por albergar el santuario de Itsukushima, una de las postales más reproducidas de Japón. Si tenemos ganas de caminar, os recomendamos la ascensión al Misen. La caminata dura unas 4 horas.
DÍA 13: Regreso a Tokyo con tren bala. Fin del viaje!