Aunque el colesterol es una sustancia presente en todas las células de nuestro cuerpo y es más que necesaria para completar numerosas funciones del organismo, puede ser muy peligrosa en exceso. El colesterol, en sus correctas medidas, ayuda a producir vitamina D tras la exposición solar, algunas hormonas sexuales y genera ácido biliar.
¿Qué tipos de colesterol hay?
Hay un colesterol que se origina internamente en el cuerpo, pero la gran mayoría viene de los alimentos. Es por eso que hay que vigilar lo que comes. Los dos tipos de colesterol son el HDL (lipoproteína de alta densidad) o “colesterol bueno”, y el LDL (lipoproteína de baja densidad), “el malo”, que es el que puede obstruir las arterias.
Por eso lo más importante es controlar los niveles de LDL con una dieta sana y haciendo ejercicio. Hay que tomar fibra, reducir los alimentos grasos y consumir pescado –sobretodo azul- y carnes blancas, antes que las rojas. La bollería y los platos preparados tienen que estar bien lejos de tu dieta.
¿Cómo controlar los niveles de colesterol?
Los niveles se tienen que controlar para poder detectar alguna anomalía cuanto antes mejor. Por eso, incluso los niños a partir de los 2 años si tienen antecedentes familiares, deberían ser controlados. Para los adultos, cualquier duda de que los niveles puedan ser altos, también se tendrá que vigilar lo antes posible. Lo importante es hacerse un análisis porque a simple vista no se ven ningunos síntomas. Se habla de colesterol alto a partir de los 200-240 mg/dl. Para entender un poco más los resultados de los análisis puedes ver esta página donde lo explica o si tienes dudas, lo mejor será que consultes a tu médico.
Y ¿qué puedes hacer?
Si tienes el colesterol alto, lo mejor es que hagas un cambio radical en tu estilo de vida; comenzar una dieta baja en colesterol como éstas y empezar con el ejercicio es básico para ayudar a tus niveles. Estas dos acciones no sólo sirven como tratamiento, sino también como prevención.