Si ya ha llegado el momento del descanso del trajinar del año y el trabajo ha sido prospero, es probable que esté pensando en hacer algún tipo de viaje por el mundo. De acuerdo a los ingresos y el tiempo del que disponga, será la elección del destino.
Aunque también, otra importante decisión debe de tomarse: viajar sola o en grupo. Hay que ver cuáles son las expectativas alrededor del viaje y tratar de ser lo más realistas posible, a la hora de enfrentarlas. Si el objetivo es irse de mochilera por un par de meses, sin una rutina fija, el espíritu al que invitemos a acompañarnos, debe ser abierto y dispuesto. Será más fácil conseguir compañera para un día de spa que para una travesía a través de los Alpes!
Si no es una persona que disfrute de la soledad, el viaje en grupo también es una fuerte opción, aunque implica otras elecciones, y otras negociaciones: la elección del destino, el hospedaje, la cantidad de días y mil detalles más. Todo deberá ser negociado por el grupo, no puede tratarse de una elección unilateral. Aunque una serie de beneficios también acompañan al grupo, cuando es numeroso, puede dividirse en dos o tres, si las actividades no son del gusto de todos los integrantes.
La ventaja de viajar de a dos o más, es que se puede compartir la alegría de la experiencia, una frustración, una curiosidad, y sobre todo, la tranquilidad de un rostro familiar cerca. Viajar sola por su parte, puede otorgarnos una paz y una serenidad que creíamos inalcanzable, puede llevarnos a descubrir que somos más fuertes de lo que creíamos, mas resistentes de lo que pensábamos y que los limites están solo donde nosotras mismas los coloquemos.
De cualquier modo, a armar la valija, elegir un punto en el globo y perseguir el sueño de viajar.