Desde hace varias décadas, la mujer viene independizándose en diferentes ámbitos. Su afianzamiento en el competitivo mercado laboral, la liberación de ciertas obligaciones, principalmente las vinculadas al hogar, son el contexto adecuado para que la mujer, más allá de su estado civil, organice y financie sus vacaciones. Es por esto que las últimas tendencias en el mercado turístico son las agencias que organizan viajes sólo para mujeres.
Cada año son más las mujeres que eligen realizar viajes con amigas. Entre las actividades que más solicitan los grupos de inquietas amigas, se encuentran desde tours de compras, estadías en los mejores spa, que incluyen tratamientos faciales, capilares, terapias alternativas, entre otras actividades relajantes; como así también, visitas a galerías de arte, compras en los mercados de antiguas ciudades, excursiones de intensa actividad física, exploraciones de destinos desconocidos, recorridos por lugares que aparecen en famosas películas, periplos místicos, todos enfocados desde una perspectiva femenina, que proyecta a corto plazo una energía diferente en toda la jornada laboral, y a largo plazo, una sensación de libertad.
Diferentes mujeres y amigas afirman que esas salidas las hacen sentir independientes, les sube la autoestima, y en consecuencia las hace mejorar sus relaciones interpersonales. Anteriormente la mujer sólo planificaba viajes para toda la familia, poniendo en segundo plano sus deseos e inquietudes.
Amigas dispersas en diferentes puntos del globo, eligen un lugar y disfrutan juntas de su mundo, realizan simples o cotidianas actividades como cocinar, leer o simplemente dialogar, pero en un escenario diferente y exclusivo para que se desarrolle ese encuentro. Tal como sucede en ese maravilloso libro “Nosotras que nos queremos tanto” de la escritora chilena Marcela Serrano, en el cual un grupo de cuatro mujeres se reúnen, durante un verano, en una bella cabaña a orillas de un lago sureño, para repasar la historia de sus vidas.
Los destinos pueden ser desconocidos, siempre soñados o bien lugares favoritos a los que siempre se puede volver.