Lo que se inicio como la moda de las viajeras, se convirtió en una imposición para el mercado, que ya no puede ni debe ignorar la fuerte demanda de paquetes, destinos y actividades pensadas especialmente por y para mujeres alrededor del mundo.
Según estudios de mercado, las mujeres viajan más que los hombres, y esto combinado con la fuerte tendencia de las mujeres de posponer formalidades hasta los 30, hace que el mercado de viajes se encuentre con mujeres de altos ingresos que buscan ofertas de paquetes que colmen sus expectativas de descanso con amigas. Un ejemplo más que ilustrativo, lo otorga un estudio de mercado en los EEUU que brinda información reveladora: solo en Estados Unidos, cerca del 43 por ciento de los viajeros de negocios son mujeres. Las mismas rondan los 40 años de edad y consumen productos de alta gama, ya que ganan unos 75 mil dólares anuales.
El primer hotel solo para viajeras se abrió durante 2001 y fue denominado “Lady´s First”. Este lujoso hotel se encuentra en Zurich y cuenta con áreas exclusivas para mujeres, con equipamientos de lujo y de gran calidad, tales como el jacuzzi, la sauna, duchas especiales, solarium, servicio de masajes y tratamientos de belleza. La interesante propuesta, que en un principio albergaba exclusivamente a mujeres, pronto fue imitada por otras cadenas hoteleras, ganando un interesante espacio en el mercado. Ya existen ofertas similares en países tan disimiles como EEUU –más precisamente en Washington-; en Inglaterra -en Londres existe uno de los más grandes y lujosos- y el ya mencionado en Zurich, Suiza.
Otros prestigiosos hoteles alrededor del mundo, que ya existen y quieren imponer también esta tendencia en su mercado local, apuntan a diseñar y transformar habitaciones ya existentes, en ambientes especiales para mujeres viajeras, sean estas mujeres de negocios o amantes de la buena vida. El ejemplo lo dio el Grange City Hotel de Londres, que inauguró en septiembre de 2005 su propuesta “women only”, que presenta detalles tan efectivos como sutiles, por ejemplo, una mirilla baja –para permitir mayor seguridad- o mayor tamaño en los estantes de los lujosísimos baños.