Aunque cueste creerlo en pleno siglo XXI existe un pueblo de Escocia en donde están totalmente prohibido el ingreso de niños. Muchas personas prefieren viajar sin niños, otros alojarse en hoteles sin ellos y otros que directamente prefieren mantenerlos los más lejos posible de sus casas, como es el caso de Firhall.
En Firhall está prohibido el ingreso de los niños. Lo que quieren estas personas es vivir en total tranquilidad, sin pequeños llorando, corriendo o riendo. La medida ha causado, en su momento, cierta polémica, en especial con los vecinos del pueblo, quienes han denominado a los locales como los ‘ogros que odian a los pequeños’.
En lo que a prohibiciones se refiere tampoco se puede tener patos, conejos, abejas o palomas; los perros parecen correr mejor suerte, ya que sí están permitidos, aunque únicamente se puede tener uno por familia y siempre y cuando no ocasionen ningún tipo de problema ni disturbio.
Para mudarse a este pueblo se deberá tener más de 45 años de edad, así evitarán que las mujeres puedan quedarse embarazadas. Los niños pueden permanecer ahí si son nietos o sobrinos y por un corto lapso de visita, existiendo también un límite en la cantidad de visitas que se pueden recibir por año.
Este pueblo es ideal para las personas mayores que tengan ganas de disfrutar de sus confortables viviendas baratas, campos de golf, parques y un increíble entorno natural.
Si estás por la zona vale la pena acercarte para conocer una forma de vida totalmente diferente a la que estamos acostumbrados a vivir junto con la alegría de los niños, aunque respetamos totalmente quien a cierta altura de su vida, deseen un poco más de silencio.