Si vas a visitar Ámsterdam es imposible que dejes de conocer sus canales y sus puentes, uno de los más reconocidos es el puente Magere Brug. Su nombre significa “puente angosto” y se construyó en el año 1672.
En un comienzo se llamaba Kerkstraatbrug o puente de la calle de la Iglesia, pero al ser tan angosto, permitiendo que solo pudieran caminar por el dos personas, generó que se le cambiara su nombre, y así se lo conoce en la actualidad. Existe otra teoría que señala que el nombre en realidad se debe a las familias más ricas que habitaban en la región del río Amstel y como si fuera poco existe una tercera versión que asegura que éste es el apellido de quien lo proyectó.
El puente original en realidad ya no nos acompaña, el mismo fue destruido y reemplazado por otro en 1871. Su estructura cuenta con nueve arcos y es apenas más ancho que el anterior. Su estilo es holandés, de madera blanca y levadizo a mano mediante una máquina de doble báscula.
Muchos de los puentes que se construyeron en la época ya no existen, quizás sea por eso que este cuente con un gran valor cultural. En la Segunda Guerra Mundial fue parcialmente desarmado para que los habitantes del lugar pudieran usar su madera como leña, pero luego lo volvieron a reconstruir íntegramente.
En la actualidad y con el paso de los años la única diferencia que notamos en este puente es que ya no se usa el sistema manual para elevarlo, a partir del año 1994 se creó un sistema mecánico mucho más práctico y fácil de usar. El mismo se activa cada 20 minutos para que puedan pasar las embarcaciones.
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