Obesidad y problemas de corazón van de la mano, aunque hay algunas excepciones. Y es que, a veces, los kilos de más no conllevan enfermedades cardiovasculares como pueden ser la hipertensión o la diabetes del tipo 2. Eso es porque existen diferentes tipos de grasa y también diferencias según donde ésta se acumula. Es más peligroso tener esos kilos de más en la zona de la cintura (abdomen) que en la cadera, por ejemplo.

Pero también hay otros factores que afectan a tu metabolismo y que pueden hacer que tener más grasa acumulada en ciertas partes del cuerpo represente, o no, un problema de salud. Según un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism (JCEM) hay personas que aunque están obesas, tienen un metabolismo sano y el sobrepeso no entraña problemas graves para su salud.

En otro estudio distribuido por la Universidad de Cork en Irlanda (UCC), se analizaron a pacientes obesos y no obesos que tenían menores niveles de marcadores inflamatorios y por lo tanto eran personas con un perfil saludable. Para la muestra se analizaron a más de 2000 personas que se sometieron a análisis de sangre para ver sus niveles de colesterol y glucosa, durante un año . En los resultados se vio claramente que quienes tenían unos niveles más reducidos de marcadores, como la proteína C (la que se produce en el hígado y tiene un nivel más elevado cuando hay un proceso inflamatorio del órgano) no tenían problemas con su glucosa o el colesterol. Eran personas sanas, aunque algunos de ellos sí tenían sobrepeso.

Estas conclusiones son importantes, dice el estudio, porque ponen de manifiesto que todavía queda mucho por investigar en la asociación de la obesidad con ciertas enfermedades. Y es que con estas investigaciones sale a la luz el concepto de tener una “obesidad metabólicamente sana“. Evidentemente, la inflamación de los órganos sí podría estar directamente relacionada con un riesgo mayor de desarrollar las enfermedades cardiovasculares típicas que provoca la obesidad en la mayoría de afectados.

No descuides tu dieta y sigue un plan de ejercicio, porque es la mejor manera de estar seguro de que la grasa no se acumule donde no debe.