Te levantas con el tiempo justo para ir a trabajar, o bien cuando pones un pie en el suelo y te duchas en lo último que piensas es en ingerir comida. Lo entendemos, pero si no es a primera hora de la mañana, al menos tendrías que comer alguna cosa antes de empezar con el día de verdad.
Saltarse el desayuno es una muy mala costumbre que te puede pasar factura a largo plazo. Un estudio publicado en la revista Circulation (el boletín oficial de la Asociación Americana del Corazón – HEART), explica que dejar de ingerir esta primera comida del día puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria.
Los encargados de realizar el estudios fueron los investigadores del Departamento de Nutrición de la Escuela Pública de Salud de la Universidad de Harvard en Boston (Massachusetts), quienes han determinado que no desayunar a menudo eleva el riesgo de sufrir un ataque al corazón o una enfermedad coronaria mortal.
Pero ese no es el único mal a largo plazo, sino que también puede ser un factor de riesgo para tener obesidad, la presión arterial alta, el colesterol alto o diabetes; y estas patologías son las que, a la larga, pueden concluir en un ataque al corazón.
El estudio publicado también ha demostrado que las personas que dejan de tomar el desayuno tienen un 27 % más de riesgo de ataque al corazón o muerte por enfermedad coronaria que aquellos que no lo hacen. Por eso es tan importante habituar a tu cuerpo a tomar algo antes de empezar la jornada.
Los perfiles de lo que no desayunan:
Los perfiles más repetidos a lo largo de la investigación eran jóvenes propensos a fumar, con algún trabajo a tiempo completo, normalmente solteros y que además realizaban menos actividad física y bebían más alcohol que ningún otro grupo estudiado. Éstos también eran lo que dormían menos y veían más la televisión.
Además, los que respondieron que cenaban más tarde por la noche, resultaron tener un 55 % más de riesgo de enfermedad cardíaca coronaria que aquellos no lo hacían.
Los datos son fiables, ya que se recogieron durante 16 años y se tomaron como modelos a casi 27.000 hombres entre los 45 y los 82 años.
Todos ellos se dedicaban a la profesión sanitaria (médicos, enfermeras, farmacéuticos, pediatras, etc.) y se les suponía una buena calidad de vida y una situación económica e intelectual que les permitía tener suficiente información sobre los riesgos de no llevar una vida saludable.
Al finalizar los 16 años de estudio 1.527 participantes sufrieron un ataque al corazón. Así es que, aunque no supone una mayoría, lo cierto es que los riesgos de saltarse el desayuno existen y los expertos inciden en que todos podemos acostumbrar a nuestro cuerpo a ingerir estos primeros alimentos.
Hay muchas variedades y tipos de alimentos saludables para preparar el desayuno, evitando las grasas saturadas y el azúcar en exceso. Por eso es mejor preparar algo ligero, que aporte vitaminas (como las frutas o los zumos naturales) y también algo de proteínas y carbohidratos.
¿Una buena manera de empezar el día? Prueba con un zumo de fruta natural (naranja o lo que te apetezca) y unos frutos secos con un tazón de cereales integrales o bien avena. Tendrás energía hasta la hora de comer y no devorarás en la siguiente pausa “gastronómica”.