Una investigación ha demostrado que realizar actividad física de manera frecuente es una excelente alternativa a la hora de mejorar la memoria. Un ejercicio intenso permite consolidar lo que se aprende o necesita recordarse.
No es necesaria una gran rutina, solo bastarán quince minutos de ejercicio intenso para mejorar la memoria motora, aquella que se utiliza para aprender actividades de coordinación.
La investigación ha sido realizada por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y fue liderada por el neurocientífico Marc Roig.
Así se llego a la conclusión que sesiones breves de actividad física serían muy buenas para las personas que han sufrido un accidente y para los que se encuentran estudiando algunas materias e institutos o escuelas. Otra de las conclusiones es que todas las personas (desde niños a ancianos) que se benefician cognitivamente con los ejercicios.
Si bien los investigadores suponían que la actividad física podía tener beneficios se sintieron sorprendidos al ver que los efectos eran tan grandes. Para el estudio participaron varios voluntarios de 18 a 35 años de edad a los que se les indicó que deberían hacer ejercicios de coordinación motora.
La actividad física intensa permite consolidar lo que se aprende y mejora la memoria a largo plazo. Hasta el momento se han estudiado los efectos de la memoria motora pero consideran que se podrán ver buenos resultados en otros tipos de aprendizajes y memoria.
Se piensa que estos resultados se deben a que la actividad física estimula la secreción de sustancias que colaboran en la memoria, como la noradrenalina o la proteína BDNF. Este tipo de sustancia son máximos en la primera hora después de hacer ejercicio y va decayendo con el paso de las horas.
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