Los lácteos son alimentos que no pueden faltar en ninguna dieta. Es necesario que los consumamos desde los primeros meses de vida hasta cuando somos muy ancianos. Los lácteos constituyen una excelente fuente de calcio, además de brindarle al organismo la posibilidad de tener proteínas de buena calidad, vitaminas e hidratos.
En el mercado existen diferentes tipos de lácteos, entre ellos:
- Enteros
- Semidesnatados
- Desnatados
Cuando hablamos de lácteos enteros nos referimos a los que conservan la totalidad de la grasa láctea. Cuentan con un mínimo de 3,2 gramos por cada 100 gramos de producto. También cuentan con un alto valor calórico, así como un gran porcentaje de colesterol.
En los lácteos desnatados, total o parcialmente, la cantidad de grasas y de calorías disminuyen significativamente, pero debemos saber que también disminuyen la cantidad de vitaminas, pero muchas fórmulas vienen reforzadas para que tu organismo obtenga los mismos beneficios.
Cuando se les da lácteos a los niños, se aconseja que estos sean enteros. A partir de los cuatro años pueden comenzar a consumir aquellos lácteos que son desnatados. Solamente se les puede dar antes bajo la autorización médica.
En el caso de los adolescentes se aconseja el consumo de lácteos desnatados, lo mismo que en la edad adulta, de esta forma evitarás el exceso de grasas y de colesterol. A partir de la juventud bastará con que se tomen dos vasos de leche diarios, si a esto le quieres agregar algún yogur o una porción de queso mejor aun.
Los yogures son considerados como alimentos probióticos, son elaborados a partir de bacterias benéficas para el organismo. Al ingerir un yogur la flora intestinal podrá funcionar mucho mejor.
Verás como en las estanterías del supermercado existen miles de variedades de productos lácteos, todos son buenos. Antes de comprarlos verifica que sean de un establecimiento confiable y chequea la fecha de vencimiento.