Cada vez son más las personas que sufren intolerancia a la lactosa. Es un problema que aparece cuando el intestino delgado no tiene la capacidad de digerir la lactosa, o sea, el tipo de azúcar que está presente en productos como la leche y otros lácteos.
Esto es causado porque el intestino no llega a producir la cantidad suficiente de enzima lactasa. Las enzimas son las que permiten que el cuerpo absorba los alimentos.
El problema se puede hacer presente en las personas de todas las edades. En el caso de los bebés prematuros es bastante frecuente, los niños nacidos a término, generalmente no muestran signos de tener este tipo de trastorno hasta que por lo menos llegan a los tres años de edad.
La intolerancia no es peligrosa y es bastante frecuente en los adultos. Se estima que es bastante habitual después de los 20 años de edad.
Diferentes causas de la intolerancia a la lactosa:
- Cirugía del intestino
- Infecciones en el intestino como consecuencia de bacterias, virus, parásitos
- Enfermedades de tipo intestinal
Los síntomas se hacen presentes entre media hora y dos horas después de haber ingerido productos lácteos. Si la persona ingiere una gran cantidad de estos productos pueden aparecer síntomas peores.
Dentro de los síntomas más comunes podemos ver:
- Distensión abdominal
- Cólicos abdominales
- Diarrea
- Gases (flatulencia)
- Náuseas
Para determinar si una persona sufre o no intolerancia a la lactosa se realizan diferentes análisis y estudios:
- Prueba de aliento para lactosa-hidrógeno
- Prueba de tolerancia a la lactosa
- pH de las heces
Entre los productos que son más fáciles de digerir encontramos:
- Quesos (que tienen menos lactosa que la leche)
- Productos lácteos fermentados (yogur)
- Leche de cabra
- Helado, malteadas y quesos curados o duros
- Leche y productos lácteos deslactosados (sin lactosa)
- Fórmulas de soja
Además existe la posibilidad de agregarle enzimas de lactasa a la leche normal o tomarlas en cápsulas o en forma de tabletas masticables.
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