Hasta hace poco teñirse el pelo era una práctica habitual sólo en las mujeres que querían disimular las canas para eliminar una de las evidencias más palpables del paso de los años. Pero teñirse el pelo es ya habitual entre los hombres por idénticas razones o bien por imposiciones de la moda. Pero ¿es dañino para la salud?.
Alrededor de un 60% de las mujeres europeas y un 10% de los hombres se tiñen el pelo varias veces al año. La mala prensa de las canas y la necesidad de evitar los rasgos del envejecimiento que tanto se encargan de fomentar la industria cosmética y de la belleza han generalizado esta práctica. Teñirse el cabello supone en ocasiones un giro radical en nuestra imagen, la novedad continua que nos exigen los cánones publicitarios y de belleza.
Sin embargo los productos para teñirse el cabello contienen productos tóxicos que pueden perjudicar la salud de algunos consumidores especialmente sensibles a las alergias y problemas dermatológicos. Los expertos recomiendan realizar tests previos en zonas de cabello determinadas y no abusar de los tintes para evitar problemas. La mayoría de estos productos continen parafenilendiamina, una substancia que puede provocar irritaciones que vuelven roja la piel o alergias que producen ampollas e hinchan los párpados de los ojos.
Por esta razón es conveniente una prueba previa 48 horas antes de teñirnos tanto si lo hacemos en casa como en la peluquería, incluso si el producto que utilizamos es el habitual ya que las alergias pueden aparecer en cualquier momento, incluso hacia aquellas substancias que antes no nos suponían ningún problema. La monoetanolamina y peróxido de hidrógeno son dos componentes muy presentes en los tintes que los dermatólogos consideran una posible causa de la caída del cabello. Ademas en el caso de personas con un cuero cabelludo muy sensible se pueden producir irritaciones que generen escamas en la piel y la consiguiente aparición de caspa. Las planchas y secadores son aparatos abrasivos que ayudan a la irritación que produce el tinte. Por ello es recomendable no abusar de ellos así como retrasar la edad de iniciación en el uso de estos productos. Los dermatólogos aconsejas el uso de tintes no permanentes porque contienen menos oxidantes y usar después de teñirse productos para hidratar el cabello.
La Unión Europea mantiene una estricta legislación sobre los productos químicos utilizados para teñirse el cabello y su inocuidad está avalada por numerosos estudios pero ello no exime que en ocasiones se presentes cuadros alérgicos. Además la Unión prohíbe que estos productos tengan efectos secundarios sobre la salud. Se establece una distinción según si el tinte contiene productos sólo naturales, sólo químicos o mixto y se dividen entre temporales, semipermanentes y permanentes. Los temporales son los que tienen menos perjuicios ya que únicamente aportan color en el cabello sin penetrar en él y es el más usual para cubrir canas. Además contienen sustancias hidratantes. Los semipermanentes son más agresivos y están pensados para durar unas ocho semanas. Finalmente los permanentes son los más perjudiciales ya que contienen más óxidos y peróxido de hidrógeno, especialmente los de colores más oscuros.
Alrededor de los tintes para el cabello orbitan algunos mitos. Es falso que el tinte deba aplicarse sobre el cabello sucio bajo la creencia que así se protege el cabello de las sustancias químicas como lo es que produzca cáncer, aunque las personas con predisposición genética a desarrollarlo deben alejarse de toda sustancia química en general. También es mentira que el tinte influya en la menstruación o que no pueda usarse durante el embarazo o la lactancia, pero en caso de desarrollar una alergia durante este período puede resultar una dificultad para su tratamiento.
Los dermatólogos insisten en que lo ideal es el uso no abusivo y a ser posible de tintes naturales no permanentes y realizar pruebas previas para mayor seguridad. Con estas precauciones no tiene por qué presentarse ningún problema.