El láser es sin duda el método ideal para una depilación duradera pero en ocasiones puede ser inadecuado para nuestro tipo de piel y no es aconsejable durante el verano ya que el bronceado de la piel impide obtener unos resultados óptimos. Te mostramos algunas alternativas al láser y cuándo y cómo debes preparar la piel para una buena depilación.
La depilación está de moda, no ya sólo entre las mujeres sino cada vez más entre los hombres. Los tratamientos de depilación láser son por ahora los que nos aseguran una mayor durabilidad aunque no siempre son recomendables ni están al alcance de todos los bolsillos. Pero si queremos sacarle el máximo provecho a la depilación, tanto láser como si no, debemos tener en cuanta algunos consejos como preparar la piel antes de la depilación. Es aconsejable que utilicemos un gel con pH neutro y un guante de crin para masajear, al menos dos veces por semana, la zona a depilar. Con ello conseguiremos exofoliar la piel. Si a ello le acompañamos frecuentes duchas con agua caliente permitiremos que los poros se abran y después la depilación sea más sencilla y menos dolorosa.
La depilación láser y la fotodepilación permiten destruir la raíz del vello en varias sesiones mediante golpes de luz. Pero tiene dos inconvenientes. No es efectivo en personas de piel oscura o de cabello rubio y su precio es elevado. En verano no podemos tomar el sol hasta dos días después del tratamiento ya que pueden surgir enrojecimientos de la piel y picores. Pero existen alternativas, una de ellas es la maquinilla eléctrica, que se ha perfeccionado hasta poder eliminar los pelos más cortos y hacer la depilación mucho más duradera aunque resulta un método algo doloroso.
La cuchilla también nos permitirá una apurada depilación pero no durará mucho tiempo. Además resulta dolorosa y es necesario hidratar antes y después la piel con productos como el aloe vera. La crema depilatoria es rápida e indolora y deja la piel muy suave, pero no elimina la raíz del vello sino que sólo lo corta. Un método recurrente es la cera, tanto fría como caliente que elimina el vello de raíz pero resulta muy dolorosa. Además está contraindicada para personas que presentan problemas dermatológicos como enrojecimientos, piel quemada, acné o varices. No es aconsejable durante la menstruación porque la piel está más sensible en ese momento. La cera debe aplicarse en el sentido de crecimiento del vello y retirarla en sentido contrario y debemos evitar el sol durante las 24 horas siguientes.
En cualquier caso tras la depilación es aconsejable una ducha fría e incluso la aplicación de hielo para cerrar los poros y calmar la irritación de la piel. También debemos hidratarla con manteca de karité, aceite de almendras o cremas hidratantes. Con estas alternativas no hay excusa para una depilación exhaustiva en cualquier zona del cuerpo.