Unas buenas zapatillas son un elemento básico para un buen entrenamiento, especialmente si practicamos deportes como el running que suponen un fuerte desgaste para ellas. Te mostramos cuándo debes cambiar de zapatillas y a qué elementos de las mismas debes prestar atención para evitar lesiones y mantener un buen ritmo de entrenamiento.
El calzado es fundamental para la práctica de un deporte. Si practicas una modalidad que te obliga a correr seguro que sabrás de su importancia pero ¿cuando debes sustituir las zapatillas? ¿a qué partes debemos prestar atención?. El uso de un calzado inadecuado o excesivamente desgastado puede provocarnos lesiones y reducir la intensidad de nuestro entrenamiento. Al igual que un coche necesita los neumáticos adecuados y en óptimo estado para funcionar correctamente también nosotros debemos controlar el deterioro de nuestro calzado. Sin embargo no todo el mundo se pone de acuerdo a la hora de decidir cuando dar el paso y abandonar esas zapatillas que nos han acompañado durante tantas horas de esfuerzo.
El equipo de investigación Bioecánica y de la Ortopedia del Pie de la Universidad de Extremadura (UNEX) ha realizado un estudio para determinar como el desgaste del calzado afecta al rendimiento de los atletas. Para ello han tomado una muestra de 33 deportistas que utilizaron para sus entrenamientos el mismo modelo de calzado de la marca New Balance. Se analizó la presión de las plantas de los pies sobre las suelas de las zapatillas registrándolo al inicio, a los 350 kilómetros de uso y a los 700 kilómetros. El resultado fue óptimo a los 350 kilómetros pero al llegar a los 700 kilómetros de “rodaje” se observó que la presión en talón y el antepié era aún estable pero en el medio pie aumentaba de forma notable. La amortiguación de las zapatillas también había disminuido de forma importante aunque el calzado no mostraba signos externos considerables de deterioro. Los expertos determinaron que son las dolencias y no el desgaste material lo que debe inclinarnos por sustituir el calzado.
Corredores expertos como Ryan Hall, corredor olímpico estadounidense que ha conseguido batir varios récords, consideran sin embargo que a partir de los 320 kilómetros es necesario cambiar de zapatillas no sólo por cuestiones de rendimiento deportivo sino también para evitar lesiones en los pies y la espalda. Nike, uno de los mayores fabricantes de calzado deportivo señala que hay algunos otros aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un calzado u otro, como el tipo de entrenamiento, la intensidad, el estilo para correr y sobretodo el peso del corredor, ya que influye directamente en el aguante del calzado y su vida útil. Por ello aconsejan a los corredores buscar un calzado que según estos parámetros sea más o menos ligero y el material en que está fabricado.
Para saber si tenemos que cambiar nuestras zapatillas debemos estar atentos al deterioro y deformamiento de partes como las suelas, la media suela, las arrugas y los elementos textiles que periten la sujeción del pie. Más allá de los 800 kilómetros es difícil asegurar la conservación del calzado.
Además del tipo de entrenamiento, la intensidad y el peso del corredor es muy importante elegir un calzado idóneo para el terreno que vamos a pisar, que determinará la ligereza, flexibilidad, dureza y diseño de las zapatillas. Recuerda que el calzado es el elemento que permite nuestra movilidad y su estado es muy importante para realizar una buena pisada que nos evite lesionarnos.