Hay artistas que ni habiendo fallecido dejan de generar dinero. Su nombre, su marca, sus trabajos, continúan proporcionando formidables réditos económicos a sus herederos, siendo en la mayoría de los casos derivados de una buena planificación que éstos hacen una vez que sus familiares artistas han fallecido.
Michael Jackson, fallecido hace poco más de dos años, encabeza esta lista con una recaudación de 123 millones de euros gracias a las ventas de sus discos, las cuales crecieron en todo el mundo a raíz de su trágica desaparición. A mucha distancia, y con sólo 40 millones de euros, está el estadounidense Elvis Presley, cuyo dinero viene dado por el merchandising de sus productos y por el hecho de conceder licencias a diversos espectáculos donde se usaban sus canciones. El podio lo cierra Marilyn Monroe, con unos 20 millones de euros, provenientes de las campañas de ventas de sus nuevos productos, ideados por la empresa que gestiona su nombre, o más bien su marca.
El resto de artistas que integran esta lista son también músicos. John Lennon, asesinado hace 30 años, ingresa algo más de 8 millones de euros que van a parar a su viuda, aportando incluso más que algunos cantantes actualmente vivos. Sus ventas y la cesión de derechos a varios espectáculos son la clave de estas ganancias. Jimi Hendrix (5 millones de euros), Richard Rodgers (5) y George Harrison (4) cierran esta peculiar lista de Forbes.
Bien es cierto que no se han podido contabilizar los ingresos de otro cantante famoso ya fallecido como Bob Marley, del que -de conocer los datos- seguro nos proporcionaría una cifra de varios millones de euros.
Para una próxima edición actualizada se espera que ingrese el recientemente desaparecido Steve Jobs, cuyos ingresos en productos Apple siguen creciendo.