Cuando la pareja se encuentra en un período de crisis o conflicto lo primero que se pregunta es si hay salida.
Habrá salida de un conflicto de pareja siempre que los dos miembros que constituyen la pareja deseen y estén plenamente dispuestos a esforzarse para salir del espiral de conflictos que degrada la relación.
En primer lugar, es importante relajarse para poder ver las cosas con más claridad puesto que cuando estamos alterados vemos los problemas muy magnificados e imposibles de abordar. Una vez relajados, hagan un análisis de la situación tomando en cuenta la posibilidad de resolver el problema a través del diálogo y procurando conservar un espacio de sosiego y tranquilidad para que el problema pueda ser expuesto correctamente y se puede llegar a un acuerdo entre ambos para solucionar los problemas.
Para que la pareja pueda llegar a acordar todos aquellos aspectos que en la actualidad provocan los conflictos, es necesario poderlo hablar en completa sinceridad y con motivación de arreglar los problemas lo cual precisa de un esfuerzo significativo para escuchar a la otra persona sin imponer las ideas propias y cediendo un poco, este último, por parte de los dos.
Si después de muchos intentos de solucionar los conflictos, la pareja no llega a ningún acuerdo o incumple lo acordado, puede que la pareja se sienta frustrada y herida y puede convertirse en un problema más. Entonces es la hora de plantearse buscar ayuda en una terapia.
En primer lugar hay que huir de la falsa creencia de que las terapias son para los “locos” o para las “personas que están mal”, pero no es así! La terapia es un espacio terapéutico de comunicación donde tienen la oportunidad de expresar sentimientos y pensamientos acerca de los problemas personales y relacionales. El terapeuta es un orientador, asesor y guía que ofrece un abanico de recursos psicológicos para ayudar a retomar el camino de la reconciliación con uno mismo, el reencuentro con la pareja y el entorno social.
Es frecuente encontrar parejas que acuden a una terapia de pareja y el terapeuta invita a uno de los dos a seguir una terapia individual. Esto es debido a que algunos conflictos que se proyectan en la pareja tienen el origen en uno de los dos miembros de la pareja, por o que, antes o durante la terapia de pareja, aquél miembro necesitará trabajar estos aspectos personales que inciden directamente en la relación.