Más de un 60% de la población mundial sufre sobrepeso, así que perder peso es algo que a todos nos concierne y que nos preocupa. Te presentamos una manera saludable de perder paso si es que lo necesitas, tan sólo siguiendo unos sencillos 10 pasos. Lo más importante es que no sigas unas medidas drásticas que sólo te provocarán cambios radicales pero con efecto rebote. Lo primero que tienes que saber es que necesitas paciencia y que no tienes que tirar la toalla a la primera. Piensa que los hábitos se tienen que coger día a día y adaptarlos a tu estilo de vida.
Primero: Necesitas crearle a tu cuerpo un déficit de unas 500-1000 calorías para perder entre 1 y 2 kilos por semana. Eso lo conseguirás si incrementas tu actividad física y empiezas una dieta baja en calorías.
Segundo: El ejercicio aeróbico es el que más te ayudará, con el que quemas más grasas y además fortalecerás el corazón y los pulmones. Lo mejor es hacer entre 30 y 60 minutos de ejercicio cada día de la semana. Sino puedes, entre 2 o 3 veces por semana también es correcto y notarás la diferencia.
Tercero: Además de la quema de grasas, es importante que tus músculos estén fuertes, no sólo evitarás que la piel sobrante al adelgazar se quede sin tensar, sino que un músculo entrenado quema más calorías incluso en reposo. Así que, si aumentas tu masa muscular, aumentarás tu metabolismo. Este entrenamiento tendrías que hacerlo unos 2 días a la semana.
Cuarto: Reduce al máximo la ingesta de grasas. La grasa de los alimentos tiene muchas calorías pero poco valor nutritivo, especialmente las grasas saturadas. Además son un peligro para tus arterias y tu corazón. Lo ideal sería mantener los valores de grasas por debajo del 20% de la ingesta total, y tendrías que substituirlas por las que contengan omega 3 o las poliinsaturadas.
Quinto: Tienes que controlar tu peso para ver tu progreso y como vas alcanzando tu meta. Esto no sólo te ayuda a nivel práctico, sino que psicológicamente estarás más fuerte y afrontarás mejor cada etapa.
Sexto: El desayuno es lo más importante, no te lo saltes. Lo mejor es que hagas todas las comidas que se requieren en un día. Piensa que si te saltas una, llegarás con más hambre y más descontrolada a la siguiente y consecuentemente, querrás comer más.
Séptimo: Comer frutas y verduras es básico. Además de sus nutrientes, son saciantes por ejemplo a media mañana o a media tarde. Aunque aportan azúcares, éstos son sanos y las calorías que contienen no están vacías, sino que te aportan vitaminas y minerales.
Octavo paso: Evita en la medida de lo posible todo lo que sea grano refinado: pan, pasta, arroz blanco. Todos son alimentos que carecen de los nutrientes saludables que tenían antes de ser transformados.
Noveno: Aunque te parezca mentira, hasta el mirar la televisión es negativo para tu dieta. Eso es porque es una actividad sedentaria y porque mientras la miras no eres consciente de cuánto comes. Cierra la televisión y ve a hacer ejercicio, ¡verás que diferencia!
Por último: Dormir bien es básico para la dieta. Hay varios estudios que certifican que sino duermes las horas necesarias (unas 8h diarias) tu cuerpo necesita más alimento y que en cambio, cuando duermes y descansas, el cuerpo segrega sustancias que regulan la ansiedad y el estrés y las emociones. Y al revés también, lo que comes tiene una influencia directa con tu descanso nocturno.
Ahora ya sólo depende de ti. ¿Lista para afrontar el otoño?