Bolívia y otros países andinos están viviendo una auténtica revolución alrededor de la semilla de la quinua o quínoa, una planta alimenticia cuyos granos se utilizan desde la elaboración de harinas, medicinas, cosméticos y ritos ancestrales en los países del altiplano. Usada desde muy antiguo por los pueblos indígenas que ya conocían sus propiedades está experimentando un enorme crecimiento de producción debido a la demanda de muchos países que han redescubierto este cereal.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró el pasado año 2013 el año de la quinoa en reconocimiento al papel cada vez mayor que este pseudocereal tiene en la alimentación de millones de americanos que lo utilizan desde tiempos ancestrales para múltiples usos. Los pueblos andinos consideran la quinoa la madre de todas las demás semillas y un producto digno de dioses. Contiene numerosas vitaminas, y minerales como magnesio, potasio, fósforo, hierro, zinc y calcio. Pero además de esta riqueza nutricional no contiene gluten por lo que es apta para los celíacos y también para diabéticos. Por ello la quinua está considerada como una de las semillas del futuro ante la necesidad de aumentar la producción de cereales y otros productos alimentarios básicos para abastecer a la creciente población mundial.
El encarecimiento del mercado de materias primas ha hecho que muchos países busquen nuevos cultivos para diversificar la producción y obtener cereales más baratos. Por ello incluso la NASA se ha fijado en la quinua como un posible candidato para establecer cultivos ecológicos fuera del planeta Tierra. La razón es la enorme capacidad de adaptación de la quinua a casi cualquier tipo de ecosistema, desde las alturas bolivianas hasta el litoral colombiano, desde temperaturas de calor extremo hasta varios grados bajo cero. Esta fácil adaptación ha hecho que desde Bolivia el cultivo se extienda a Perú, Colombia, Ecuador, Chile y ha llegado ya a Estados Unidos, Francia, Suecia, Italia…
El precio a nivel mundial de este pseudocereal se decide en el mayor productor, Bolivia, que ha visto como una de las bases de su alimentación ha sufrido una escalada de precios en los últimos años debido a la demanda desde Norteamérica y Europa incluso fuera de la temporada de cosecha. Ello ha hecho que muchos bolivianos no puedan consumir tanta quinua como en el pasado pero los ingresos han permitido que muchas familias puedan vivir de forma algo más desahogada.
Aunque pertenece a la familia de las espinacas la quinua se ha utilizado habitualmente como sustituto de otros cereales de difícil acceso. La harina de quinua es utilizada para la elaboración de pan, pastas y como complemento en guisos, sopas o para fermentar la cerveza. Además es de muy fácil digestión.
Pero además de alimentación la quinua es usada desde hace siglos para curar luxaciones, detener hemorragias, combatir la migraña, la diabetes, la osteoporosis y el estrés. La quinua es habitual también en ritos religiosos de los pueblos de la zona. Precisamente este uso, pagano para los conquistadores españoles, hizo que la quinua cayera en el olvido ya que su cultivo fue prohibido por los europeos. El aumento actual del precio de la quinua es motivo de preocupación para muchos bolivianos que consideran que su cereal sagrado está siendo víctima de la especulación de las materias primas aunque para otros es motivo de orgullo que el mundo haya redescubieto este producto.
La promoción mundial de la quinua se ha visto favorecida por las declaraciones de famosos como David Lynch, Jennifer Anniston, Kate Moss o Gwyneth Paltrow que han mostrado su satisfacción por haber incorporado la quinua a su dieta. Esta enorme promoción ha hecho que los ingresos por exportaciones de quinua en bolivia ascendieran el año pasado a los 153 millones de dólares por 95.000 toneladas de producción, un precio 50 veces más elevado que hace 10 años. Estos ingresos han permitido mejorar las viviendas de los campesinos, construir escuelas y hospitales y llevar la electricidad y el agua potable a aldeas remotas hasta ahora olvidadas. Pero sólo el 10% de la producción se queda en Bolivia y muchos bolivianos empiezan a sufrir escasez o no pueden consumir tanta quinua como desearían.
En España podemos encontrar quinua o productos elaborados con ella en establecimientos orientados a población originaria de sudamérica, en herbolarios y tiendas dietéticas e incluso algunas grandes superficies comerciales han empezado a reservar espacio en sus estanterías a este alimento de los dioses. ¡No dejes de probar el que se considera el más potente de todos los cereales!.