Cada día ingerimos alimentos que por su poco o nulo aporte nutricional e incluso por sus efectos adversos deberían ser considerados “venenos”. Son los llamados “venenos blancos” y pueden causar diabetes, hipertensión y cáncer. Te contamos cuáles son estos alimentos tan nocivos y por qué deberías evitarlos.
Sobre la mesa de nuestra cocina o de un restaurante podemos encontrar algunos alimentos que aunque nos parecen imprescindibles son totalmente inútiles desde el punto de vista nutricional. Estos alimentos son los cinco “venenos blancos”. Nada más levantarnos, con el primer café es muy posible que ya nos estemos “envenenando”. El azúcar refinado blanco con el que solemos endulzar el café y muchos postres es en realidad fruto de un proceso químico por el cual se añade cal viva al azúcar moreno de caña que elimina casi todas sus vitaminas, fibras y proteínas; al resultado se le añade dióxido de carbono, se eliminan las impurezas y con el ácido sulfúrico y el sulfato de calcio se acaba por darle ese color blanco nuclear tan característico. Este azúcar es únicamente glucosa cuyo consumo en exceso genera obesidad. En realidad el organismo no necesita más azúcar diariamente que el que aportan naturalmente alimentos como las frutas.
Junto con ese primer café de la mañana es muy probable que tomemos también leche de vaca pasteurizada, es decir, que ha sido sometida a un proceso por el cual se han eliminado todas las bacterias sean beneficiosas o no. La leche de vaca contiene enzimas y nutrientes que facilitan la absorción del calcio que contiene y de la vitamina D de la nata natural. Algunos estudios relacionan la leche pasteurizada con intolerancias a este alimento, alergias, osteoporosis al impedir que los huesos puedan absorber el calcio y en facilitar la obesidad ya que son ricas en grasas saturadas.
Está muy extendida la idea de que el arroz blanco es un alimento natural, pero en realidad no fue hasta la segunda década de siglo XX cuando se empezó a refinar dándole ese color blanco pero aumentando también los niveles de glucosa. El arroz blanco es en realidad el endospermo, lo que queda del grano de arroz tras retirarle la primera capa donde está la fibra. En realidad sólo comemos el almidón del grano de arroz. Se calcula que aquellos que consumen cinco raciones de arroz blanco refinado a la semana tienen un 17% más de probabilidades de desarrollar una diabetes tipo II. Lo recomendable es el consumo de arroz integral que no haya sufrido alteraciones y conserve toda su fibra.
Más conocidas son las contraindicaciones que un exceso en el consumo de sal produce en el organismo. Es sabido que la sal es un factor determinante en los procesos de hipertensión y problemas cardíacos por lo que la moderación en su consumo es una costumbre que está empezando a enraizar con fuerza. El organismo necesita algunos minerales que encontraremos en la sal marina pero no en la sal blanca refinada de mesa que solemos tener en la estantería de las especias. La sal marina contiene 84 elementos en la proporción exacta necesaria por el cuerpo humano pero la sal refinada es una mezcla de cloruro sódico, flúor y yodo. Se considera que la sangre humana tiene una composición muy parecida a la del agua salada de los primeros océanos y que la sal marina conserva perfectamente esas proporciones. La sal refinada es sal natural a la que se le han eliminado todos los elementos salvo el cloruro sódico ya que en su día se consideraron prescindibles para el organismo humano. Se le añade flúor bajo la creencia que protege de las caries y yodo para los problemas de tiroides. Lo cierto es que el yodo y el flúor son productos altamente tóxicos y causantes de numerosos tipos de cáncer y problemas cardiovasculares.
La harina blanca con la que elaboramos nuestros postres es también un “veneno” camuflado. La harina blanca actual es el resultado de un proceso químico al que se somete al grano que produce aloxano, un elemento tóxico que es utilizado para generar diabetes en laboratorios y que se encuentra en altas cantidades en este tipo de harina. Cuanto más fina es la harina menos minerales naturales contiene ya que se extraen hasta el punto de dejar casi únicamente el almidón. Actualmente la harina refinada es la que se utiliza para elaborar diariamente el pan y todos los productos de bollería pero podemos comer panes integrales que conservan todo el aporte nutritivo de los cereales.
Recuerda que es necesario que controles o incluso elimines estos falsos alimentos de tu dieta. No significa que debas dejar de consumir sal o harina sino hacerlo en su forma y dosis naturales y no en los diferentes subproductos creados alterando su composición y proporción natural.