Muchas recetas, dietas, trucos de belleza, etc. Utilizan las infusiones para curar, nutrir y servirse de su sabor, sus propiedades y sus virtudes. Incluso los principios de al medicina se basan en el uso de plantas, brebajes e infusiones para curar a las personas.
Por otro lado, las infusiones son preparados que se basan en la cocción de plantas secas y deshidratadas para conservar estas sustancias. Es por este motivo que es necesario conservarlas en lugares apropiados que no las puedan perjudicar y estropear.
La humedad, el calor, la luz, entre otras muchas cosas son factores externos que pueden perjudicar seriamente el estado de estas plantas y pueden descomponerlas e incluso formar pequeños microsistemas en los que pueden aparecer insectos.
Por estas razones es necesario conservar las plantas en un entorno favorable donde no puedan estropearse. Los lugares secos y oscuros son los más adecuados. Por otro lado se recomienda guardarlas en tarros de cristal o latón herméticamente cerrados para evitar que entre humedad en ellos.
Finalmente es preciso revisar los instrumentos a los que se exponen las infusiones. Las cucharas con las que se cogen las infusiones, redecillas, escurridores, y todo los que esté en contacto con las hierbas deben estar limpios y completamente secos.
Si se siguen estas pautas es más fácil evitar que las plantas se estropeen y que se formen insectos y por otro lado la perfecta conservación es lo que garantiza el aprovechamiento de las cualidades y virtudes de dichas infusiones.