Un estudio publicado en la revista “Journal of Health and Social Behaviour” por las universidades de Chicago y Johns Hopkins en Estados Unidos, revela que tanto el divorcio como la viudez perjudica de forma crónica la salud.
Linda Waite, coautora del estudio, explica que el empeoramiento del estado de la salud radica en la experiencia de ganancia o pérdida que experimenta cada persona al pasar por un divorcio o una viudez. Por ejemplo, el paso al matrimonio suele suponer un beneficio casi inmediato para la salud puesto que mejora las conductas saludables en los hombres y el bienestar económico en las mujeres. Por otro lado, cuando el paso es hacia la viudez o hacia el divorcio, la salud disminuye dejando paso al estrés provocado por la disminución de los ingresos y sobre el cuidado de los hijos.
El estudio muestra que las personas viudas o divorciadas padecen un 20% más de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes o cáncer o limitaciones de movilidad que las personas que están casadas. Por otro lado, las personas que nunca se han casado, suelen padecer el mismo número de enfermedades crónicas que los divorciados o viudos mientras que además padecen un 12% más de limitaciones en la movilidad y un 13% más de síntomas depresivos y estados emocionales inestables.
Finalmente Waite, señala que los estados emocionales alterados como las depresiones, el estrés, etc. cambian en función del estado en el que se encuentra la persona, de manera que si la persona puede cambiar su manera de estar, la enfermedad se cura con la misma rapidez. Por otro lado, las enfermedades de tipo cardíaco, la diabetes o el cáncer, se van desarrollando de forma lenta durante un período largo y suelen mostrar el impacto de las experiencias pasadas.