El pasado año, el Natural Resources Defense Council, elaboró u estudio detallado del nivel de contaminación del agua de las playas, bahías y lagos de Estados Unidos.
Este estudio reveló que el verano del año pasado la contaminación en dichas aguas aumentó un 28 por ciento en relación al año 2005.
Según el NRDC, el mayor elemento contaminante fueron las lluvias que al caer arrastraron todas las aguas residuales cargadas de escombros, basura de las ciudades y todo tipo de residuos que acabaron por afectar las aguas a las que desembocaban.
Este hecho provocó que el 2006 fuera un año en el que se registraron infinidad de alertas provocadas por esta contaminación hídrica que afectó a infinidad de poblaciones causando problemas de salud como infecciones e irritaciones de oídos, gargantas, nariz y enfermedades como la gastroenteritis, hepatitis o enfermedades respiratorias.
Uno de los problemas detectados a raíz de estas infecciones es que en muchos estados no avisaron a tiempo a la población sobre la peligrosidad de entrar en contacto con aquellas aguas contaminadas con lo cual hubo cientos de personas que expusieron su salud a esta contaminación nadando entre deshechos humanos y animales y otros tipos de residuos altamente peligrosos.