Si estas haciendo dieta, una de las mayores tentaciones que debes superar es el hecho de hacer la cola del supermercado. Las golosinas y productos con altos niveles de azúcar suelen encontrarse cerca de las cajas registradora, por lo que evitar la tentación es casi imposible. Las colocan en esa zona para fomentar un consumo excesivo.
Como muchos profesionales anuncian, la relación con la comida en ocasiones responde a diferentes impulsos, a reacciones que son automáticas y muy poco racionales. Esto es muy negativo a la hora de combatir el exceso de peso o a la hora de terminar con la obesidad.
Diferentes investigadores de la Universidad de California de Estados unidos se encargan de planificar y reclamar una mayor protección frente a las estrategias del marketing. Es necesaria la creación de normas y medidas que limiten las acciones comerciales, teniendo presente que muchas veces los consumidores no son concientes de su poder.
Gran parte de los consumidores desconocen que la ubicación de los productos dentro de las góndolas influyen en las compras o en el comportamiento alimentario, pero los expertos saben a la perfección que la ubicación de los productos sí importa.
Influye de una forma inconsciente, aumentando la posibilidad de padecer enfermedades crónicas. Una de las ideas sería colocar los productos que más engordan, como las golosinas y bollería al final de los pasillos o en sitios que requieran una búsqueda deliberada. Usar la investigación en marketing para controlar la obesidad podría ayudar a muchas personas.
Desde la Sociedad Europea para el Estudio de la Obesidad consideran que la industria tiene recursos poderosos tanto en el marketing como en la publicidad para ayudar en la salud de la población, pero no creen en las prohibiciones ni en las restricciones. Consideran que cambiar la ubicación los alimentos no es una solución única para frenar la epidemia de la obesidad.