La obesidad es un problema para la salud, pero más allá de que pueda provocar problemas cardiovasculares, también afecta a la actividad sexual. Esto es lo que se desprende de las conclusiones de un estudio publicado en la revista JAMA Surgery. Así, se ha demostrado que las mujeres que se someten a una reducción estomacal también observan una importante mejoría en su vida sexual.
No sólo es una cuestión física, sino que la obesidad comporta una serie de alteraciones en los niveles de las hormonas reproductivas femeninas. Es por eso que lo primero que se le dice a una mujer que se quiere quedar embarazada pero que padece sobrepeso, es que adelgace. Lo novedoso de este estudio es que es la primera vez que se valora este aspecto de la vida de las personas y cómo la obesidad afecta al día a día, más allá de a la salud.
El estudio se basa en el análisis que se hizo a 106 mujeres con un índice de masa corporal (IMC) de 44,5 (cuando un peso normal se considera entre 18,5 y 25), que se habían operado del estómago pare reducir masa corporal. Después de dos años de la operación, las mujeres habían perdido una media de un 33,5% de peso, pero además habían mejorado en aspectos como la excitación, el deseo sexual, la lubricación y la satisfacción general. Y aunque no se ha probado al 100%, los beneficios de esta bajada de peso están directamente relacionados con las opciones que tienen de quedarse embarazadas y evitar la obesidad prenatal.
Por ejemplo, en España hay unas 5.000 personas con obesidad mórbida que cada año pasa por el quirófano para reducir su estómago. Una operación que tiene entre el 1% y el 5% de riesgos.
Una de las causas de esta obesidad es tener a alguien próximo que también lo sea (padre, madre, hermano, amigo…); es decir que se podría considerar que es contagiosa. Pero también lo son los efectos positivos que se viven una vez el paciente ha pasado por la cirugía estomacal.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Stanford, en California, ha demostrado en un estudio que los familiares de los pacientes que se someten a una operación gástrica también rebajan su peso y cambian sus hábitos de vida a unos más sanos. Esto es porque el cambio de actitud de los pacientes operados y los cambios en su alimentación se traspasan a aquellos que están a su lado. Por tanto, si antes era malos hábitos, ahora son buenos y mejoran la salud de quienes les rodean.
En la revista Archives of Surgery se publicó un estudio donde después de estudiar a 35 pacientes y a 35 familiares, el 60% de los adultos y el 73% de los niños que eran obesos, bajaron considerablemente de peso. Los factores socio familiares son básicos para mejorar esta enfermedad.
Así es que esta operación parece ser muy efectiva para el propio paciente y su vida sexual, pero también para mejorar al entorno directo de la persona que, normalmente, también sufre de sobrepeso.